jueves, 17 de mayo de 2012

Entre los Besos y la Ausencia


Estoy intentando terminar una de las sorpresas para la gran fiesta (si, sorprende que todavía no esté todo listo). ÉL se conecta, nunca antes lo había hecho. Hacía sólo un par de minutos me había dicho que su canción era Imágenes Paganas. Sí, ya podía estar segura de que le gustaba Virus... "Un remolino mezcla los besos y la ausencia", había puesto en mi nick entonces. Muy descriptivo. Sólo que lo que predominaba entre nosotros era la ausencia... No sabía qué hacer entonces. Hacía sólo algunos minutos, parecía ser lo único que deseaba. Pero ahora que mi deseo se había vuelto realidad, sólo quería desaparecer. 

Por un minuto me quedé, tartamudeando en mis acciones. ÉL seguía ahí. Aún no había hablado. Tampoco sabía si lo haría, aunque dentro mío guardaba una secreta esperanza (o un muy fuerte deseo de que sí). Me desconecté. Cambié ese nick, hubiera sido muy obvia. Pero luego pensé que probablemente ya lo hubiera visto. Entonces sí lo sabría. Tal vez ya lo supiera desde antes. Pero ninguno de los dos está listo para nada. No iba a hablarme. O eso supuse. 

Nelson, un chico que había conocido en las vacaciones y nunca dejaba de molestarme, me mandó un mensaje. El típico "hola, ¿cómo estás?", nada del otro mundo ni de qué preocuparse, pero era exactamente lo que menos quería en ese momento. 

Después se conectó él, Juan Cruz, mi amor platónico de los primeros años de mi adolescencia con el que la relación seguía siendo un continuo histeriqueo. Uno de esos momentos en que una realmente no desea escuchar cumplidos, a menos que provengan de una persona en especial. 

ÉL aún no me hablaba. Y yo seguía mirando su nombre fijo en la pantalla. Y pensaba en ÉL. "Nos encandila con lo que está por venir...", decía su nick. Tal vez sean muchas cosas las que te están por venir. Espero poder incluirme ahí. 

Un remolino de frases me da vuelta la cabeza. Y yo sigo esperando, lo que dentro de mucho llegará. Porque lo que se espera, llega lento y tarda mucho. Y por ahora, sos sólo una nube. Y las nubes son sueños: si las tocás, llueve en tu corazón. Y aunque tengas miedo de mirarme a los ojos; y aunque quiera, pero no me atreva, el volar tan alto puede hacerte tan libre que termines yéndote, sin poder volver. 
Pero sin embargo, estoy segura de que ÉL y yo podemos SER. 

Juan Cruz vuelve a decir lo que no quiero que diga, a recordarme lo hermosa que le resulto. "Claro, " pienso para mis adentros, "es por eso mismo que vos y yo nunca llegamos a nada." 

Nelson me vuelve a mandar un mensaje. Creí que las conversaciones se terminaban con un chau, generalmente. Pero este parece no ser el caso... Me pregunta por el tiempo ¿qué le importa? Estoy muy ocupada hundiéndome en mi remordimiento. Algo me dice que demoraré unos minutos en responderle. 

Después de un rato ÉL seguía ahí. Tal vez riéndose en mi cara de mi no saber qué hacer, tal vez jugando una guerra de quién aguanta más sin hablar. Pensé en aunque sea mandarle un "hola" ... después, algo saldría y se me ocurriría algo más sustancioso de que decir. Era increíble: ayer nos habíamos contado todo. Pero por no atreverme a dar el impulso inicial, perdí otra oportunidad. 
Cuando volví a fijarme, ya se había ido. Una vez más me había quedado parada como una idiota. 
¿Qué le voy a hacer? Que me perdone si no puedo serle sincera, si es sólo en mis sueños cuando se lo confieso. Tal vez sea la luz de luna que no me deja hablarle. Pero debo saber si es verdad que en algún lado está. Debo saber si realmente estuvo allí. Mientras tanto, lo estaré esperando, pacientemente... ¿Llegará algún día?

Me diste algo más, más de lo que nunca me dieron antes. Primero conocí tu historia, luego me enamoré de tu voz. Y aunque suene increíble a lo último me dejé convencer por tu mirada, en ese segundo en el que el tiempo se paró, cuando me robaste una sonrisa, y el cielo se iluminó. Puede que estemos enamorándonos. Sólo debemos darle un poco más de tiempo al tiempo. Sólo debo creer un poco más en ello. Si sólo no me dejara llevar por mi mente..., si sólo cuando se trata de VOS, no pensara antes de actuar. All the time I am pretending, but SO MUCH FOR OUR HAPPY ENDING...

No tenés idea lo que me dolió cuando estuviste de vacaciones, no tener la menor idea de qué hacías, qué te pasaba. Lo único que hacía era descargar mi tristeza con el mar, tu mar, ese mismo que me puso en los ojos la herida de tu ausencia, de tu distancia que en términos del corazón es infinita. Y pensar en el mar, me hacía recordar esa canción que te escribí una de las muchas veces en que prometiste encontrarnos y nunca apareciste. "Como el mar lleva la arena cuando se va, te llevaste mi alma entera sin piedad", había escrito entonces. Y eso es lo que hiciste.

Ah, me olvidé de preguntarte, ¿cómo te fue en física?

¿nos vemos el sábado?

...

Tal vez alguien más deba responder... Porque los sueños no contestan esta clase de preguntas, y vos sos un sueño, ¿no?, ¿o de verdad te estoy viendo cuando te veo? ¿Fue sólo mi inconsciente que se inventó tu nombre y lo dejó escrito en el espejo con mi lápiz labial? Hasta podría jurar que toda mi habitación, mi alma, huele a ti.

lunes, 30 de abril de 2012

La Reina

La reina se levanta, se peina, se pone bella.
Hay que cuidar las apariencias.
A veces me pregunto si le dará la cara,
si no sentirá vergüenza,
al encontrar en el espejo su reflejo.
Puede que tenga miedo
de hallar el retrato de Dorian Gray.


Ella habla al pueblo,
que en masa la sigue por algunas monedas,
victoreando el nombre de "Él", cual si fuera un dios.
Con sus palabras de seducción, 
debo reconocer, habrá ganado algún corazón.


Un día la reina cayó enferma,
enferma de poder.
Porque otro tipo de patología
su cuerpo no dejó ver.


La soberbia es su espada;
la mentira, su escudo.
Antigua aliada de los verdugos de la carretera
y de los payasos del circo de Venezuela,
nos venda los ojos
para llevarnos donde ella quiera.


Desde sus palacios de hielo nos dicta decretos,
necesarios y urgentes para defendernos
de esos monstruos pequeñitos
que quieren desarmar nuestro país modelito.


No tiene límite, ni oposición,
Ella es la Reina de esta Nación.


miércoles, 18 de abril de 2012

Un Hombre Enamorado


¿Han visto alguna vez esa mirada triste en los ojos de un hombre? ¿Aquella que te dice que hay algo que anhela, pero no puede alcanzar?
¿Ese mensaje escrito en sus ojos que dice que su anhelo tiene nombre, nombre de mujer? ¿Y desde lo profundo de su alma grita que está buscando amor?
¿Son demasiado ambiciosos? ¿O sencillamente piden aquello que merecen pero no les es concedido?
Esos ojos traspasan almas. Y ni la música ni la poesía los libran a veces de su triste soledad.

martes, 17 de abril de 2012

La Casa de Asterión

Herido de muerte, Asterión medita...
¡Al fin has llegado a mí, glorioso redentor! Con tu implacable espada has puesto fin a mi dolor.
Pero... ¿quién eres?, quisiera ver tu rostro.
¿Redentor? ¿Dónde estás, mi salvador? ¡Responde! No me abandones en este momento. ¡Déjame ver tu rostro! Sólo veo un minúsculo rayo de sol asomarse desde algún lado, pero no sé de dónde, ¡mi casa es tan grande...!
¿Es que acaso eres tú, Apolo? ¡Oh! ¿Eres tú, aquel que al igual que yo, no se repite en este mundo en donde todo está catorce veces? ¿Eres tú, oh gran llama poderosa, aquel que me ha salvado de este lugar de infinidad? ¡Gracias! ¡Gracias por haberme puesto fin!, aunque este, como cualquier otro fin, sea sólo un comienzo. Y tal vez todo empiece muchas veces, catorce veces...